
REGLAMENTO
El Jiu-jitsu brasileño no se basa en los golpes directo al oponente, sino en técnicas de sumisión como luxaciones de articulaciones, estrangulamientos, etc. El luchador de Jiu-jitsu brasileño siempre tiene el objetivo de llevar la pelea al suelo.
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Los combates se desarrollan en una superficie de 6 x 6 metros. Si los contendientes se salen de los límites, el árbitro detendrá la pelea para que vuelvan a colocarse en el centro.
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Está prohibido golpear con puños, pies, rodillas, codos o cabeza al oponente. Asimismo se prohíbe morder, atacar a los ojos, retorcer los dedos, tirar del pelo o agarrar al rival de los genitales.
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Por seguridad, están prohibidas todas aquellas llaves que afecten a la zona cervical.
Los combates pueden terminar de varias maneras y por varios motivos:
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Finalización: Uno de los contendientes somete al otro. Es contendiente sometido deberá avisar al árbitro de su intención de parar la pelea (reconociendo así su derrota) golpeando el suelo o a su rival con la palma de la mano, de forma verbal o de alguna manera fácilmente reconocible por el referee. Los entrenadores también pueden parar la pelea en nombre de su luchador.
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Descalificación de uno de los contendientes: Puede ser por una falta grave (insultar al árbitro, la mesa o al otro entrenador, rehuir el enfrentamiento o utilizar técnicas prohibidas) o por acumulación de 4 faltas leves.
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Decisión a los puntos, teniendo en cuenta las técnicas aplicadas satisfactoriamente y las ventajas obtenidas durante el combate.
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Pérdida de consciencia debido a alguna llave permitida por el reglamento.